Tuesday, January 10, 2012

De Montevideo.

¨Home is where the heart is¨. No tengo idea quien fue el autor de este popular refrán. Podría decir que fue Emerson, ya que tengo una tendencia compulsiva a citarlo sin estar completamente segura de la autoría de lo citado...(uff, las barrabasadas que le habré adjudicado al pobre señor!)
El hogar está en donde se encuentra el corazón. Yo me tomo el atrevimiento de discrepar y afirmar que el hogar está en donde se encuentra la placa de dudoso diseño con la inscripción que dice tu nombre y posiblemente tu ciudad de procedencia, esa con múltiples usos decorativos, popularmente colocada en la puerta del cuarto del crío en cuestión.
En mi caso particular, la placa lee un escueto ¨FABIANA MONTEVIDEO¨, y, curiosamente, me resulta un documento de identidad aun mas... identificante (?) que una cédula o un pasaporte. Fabiana es mi nombre, Montevideo la ciudad donde nací, ¨Fabiana Montevideo¨es simplemente una síntesis de la idea general ¨Fabiana pertenece a Montevideo¨.
A los 17 años caí en cuenta que todos y cada uno de mis compañeros de clase me caían pésimo. Ese fue el año que me cambié de colegio por un día pero me encontré con que era demasiado burguesa como para ir a la Biblioteca Nacional a fotocopiar los repartidos y que todo lo quería horneado, procesado, cortado en cuadraditos y salpimentado. Regresé con cabeza gacha vistiendo el jogging azul y la remera polo con el escudito y el buzo tejido escote en V (me rehusaba a ponerme el buzo oficial), autoconvenciéndome de que no sería ¨tan grave¨. Ese fue el año en el cual no prendí la tele en todo el año (miento: prendía la tele los miércoles a las 8pm, sintonizaba el canal Warner y miraba The O.C, como si mis problemas tuvieran algo que ver con los dramas de un grupo de guachos divinos y bronceados y millonarios viviendo en Newport Beach, California), y me dediqué plenamente a ampliar mis horizontes culturales, sólo para llegar a la conclusión de que ¨Montevideo es una mierda, esto no es el mundo, me voy!¨.
Asi que me fui.
Me fui al ¨mundo¨.
Tuve varios colores de pelo. Tuve apartamentos con cucarachas. Tuve apartamentos con pileta y gimnasio. Tuve amores. Tuve risas en español, tuve risas en inglés. Tuve llanto, muchísimo, tuve dudas, tuve ira, tuve desenfreno, tuve intoxicación, tuve sobriedad. Tuve desamores. Amigos, enemigos, potenciales amigos que nunca llegaron a ser amigos, tuve soledad. Tuve tardes de discos y libros, tuve noches enteras de televisión basura y pizza, tuve noches de agitar mi cabellera (cualquiera fuese el color) al compás de bandas increíbles, tuve noches de agitar mi pelvis al compás del más obsceno de los reggaetones, tuve plata, no tuve plata. Tuve infinidad de conversaciones estimulantes, tuve viajes en bondi terapeúticos, tuve caminatas largas y tuve auto.
Tuve mucha insatisfacción.
Años y hemisferios después, retorno voluntariamente (no te preocupes Manuel Velázquez, oficial de inmigración del aeropuerto Internacional de Miami, que no tengo interés alguno en habitar tu glorioso país!) al país que me dio vida, excelente educación, amistades invaluables, y aún mas importante, pizza a caballo con fainá de orillo insuperable.
Como una sobresaliente actriz y cantante uruguaya radicada en Argentina una vez dijo:

¨Soy del Rio de la Plata
Corazón latino
Soy bien candombera
Llevo siempre una sonrisa
Con mi sueño a cuestas
No tengo fronteras
Soy del Rio de la Plata
Que viva el candombe de sangre caliente
Ritmo que me enciende el alma
Que brilla en los ojos de toda mi gente¨

O capaz que fue Emerson, vaya uno a saber.